¡Ya llega el Carnaval!

-"¡Por fin, por fin, ya llega el Carnaval mami!" - gritaba llena de ilusión Teresa por toda la casa.

-"¿Me oyes mami, me oyes?".

-"Sí, te oigo nena, pero no hace falta que des tantas voces, te ha oído todo el mundo".- contestó su madre que subía las escaleras cargada con una torre de telas de brillantes colores.

-"¿Has pensado que disfraz vas a llevar?, tienes que darte prisa en decidirlo, pues casi no me queda tiempo para hacértelo. Mira, aquí subo unas cuantas telas para que elijas."

A Teresa le encantaba disfrazarse y desde hacía varios días estaba pensando en ello, por eso su habitación estaba llena de dibujos con ideas para hacer su disfraz.

-"Mira mami, he hecho algunos dibujos con disfraces, ¿cúal te gusta más?".- Y mientras hablaba empezó a revolver entre las hojas, que cubrían el suelo de su dormitorio, con gran entusiasmo.

-"Puedo ir de estudiante universitaria"- Teresa tenía 10 años y ponerse ropa de mayor era una de sus pasiones.

Este es el dibujo que le enseñó a su madre

-" O de pintora, con boina y mis cuadernos de dibujo".

Dibujo de pintora hecho por Teresa

Su madre empezó a mirar entre los dibujos, cuando de repente exclamó:

-"¡Ya lo he encontrado!. Éste te quedará perfecto."

-"¿Cúal, cúal?, enséñamelo venga."

-"Nooo..., será una sorpresa. Pero me tienes que prometer que no vas a fisgar en mi cuarto".

-"Mmm...... Bueeeno, te lo prometo". - Refunfuño Teresa. En realidad le encantaba la idea, pues su madre siempre había sabido elegir el disfraz perfecto y esta vez no sería distinto, estaba segura.

Al dia siguiente Teresa ya no podía más, así que llamo a la puerta de la habitación de su madre, pero ésta no contestó. Estaba tan nerviosa que entró y sin apenas darse cuenta estaba cogiendo el vestido y probándoselo, era precioso, justo el que más le gustaba de todos los que había imaginado.

-"Mami es genial"- pensó.

Tan absorta estaba en sus pensamientos que no oyó la puerta abrirse.

-"¿Pero se puede saber qué estás haciendo?"- preguntó su madre de forma burlona.

-"¡AH!, ¡qué susto me has dado!. Perdona, pero ya no podía más sin verlo, tengo tan poca paciencia..., lo siento. Muchísimas gracias, es precioso, es el más bonito del mundo. Gracias, eres la mejor, te quiero mucho".

La madre de Teresa no pudo reñirla, era tan graciosa y, además, la entendía perfectamente, pues ella habria hecho lo mismo, era tan o más impaciente que su hija, le recordaba tanto a ella cuando tenía su edad... Realmente Teresa era una niña especial y se merecía ese vestido y mucho más.

El día de la fiesta de Carnaval del colegio Teresa estaba radiante, se sentía la niña más guapa del mundo. Cuando llegó a casa decidió hacerse un autoretrato para guardarlo como recuerdo de un día maravilloso.

Este es el dibujo que hizo:

Autoretrato de Teresa

-FIN-

Espero que os haya gustado esta historia.

Besos